sábado, 3 de septiembre de 2011

La identidad internacional de la Argentina

El siguiente artículo presenta, con buena capacidad de síntesis, las condiciones estructurales de la Argentina para profundizar su desarrollo económico sobre la base de claves identitarias, tema que en general se aborda desde puntos de vista parciales e impulsivos ("el futuro de la Argentina está en..." y otros enunciados absolutizantes) o desde una alegada frustración ("las cosas son así y no van a cambiar") que encubre negligente prescindencia.
Palabra de geógrafo, las condiciones estructurales descriptas por el autor no son para nada frecuentes en el resto de los países del globo y son, a la vez un logro de la trayectoria histórica del país. Con un criterio de sobriedad, el artículo enumera aspectos sólidos de la vida institucional y política del país, sólidos aún cuando Usted lector pueda estar conociéndolos ahora, y dejando de lado cualquier afirmación de tipo más futbolístico que pudiera poner anhelos y símbolos de poco alcance por sobre una realidad bastante más promisoria y diversa.
El artículo supera el alcance definido en el título, y como presenta una síntesis que alguna vez quise escribir, propongo ajustar el título copiando impunemente el que Celso Lafer dio a alguno de sus libros sobre el Brasil
 
 
Volver a la escena internacional
 
La política exterior busca utilizar los diversos recursos que tiene un país para aumentar su relevancia internacional y así incrementar su capacidad negociadora para mejorar el nivel de vida de su población. En esto, Colombia es la revelación de los últimos años. Como dice el experto Russell Crandall en una reciente edición de la influyente revista Foreign Affairs , el presidente Santos cree que su país puede ser líder regional.
La dirigencia colombiana no piensa que una economía grande o mucha población son imprescindibles para ello. Lo que hace falta es reconocer ventajas comparativas y la audacia para trasladarlas a iniciativas políticas de envergadura. Un ejemplo: Colombia hoy asesora a países centroamericanos en el diseño de políticas judiciales para hacerle frente a la droga y exporta modelos de lucha contra el narcotráfico al norte de Africa. El conocimiento adquirido en ese frente se convirtió en un recurso para construir protagonismo.
Propongo pensar las ventajas comparativas que posee nuestro país para desarrollar su relevancia internacional. Mi tesis es simple: la Argentina tiene una "importancia base" enorme que le permitiría construir protagonismo y liderazgo. La "importancia base" son los recursos que un país tiene para posicionarse como interlocutor en el diálogo con y entre naciones, organismos multilaterales y ONG.
Un parámetro objetivo para determinar los temas de interés global es la agenda del Grupo de los 20. Además de la temática financiera, se centra en cinco áreas: alimentos, recursos naturales y energía, medio ambiente, no proliferación y la lucha contra el terrorismo. Por sus condiciones naturales, recursos humanos e historia diplomática, la Argentina puede ser protagonista en todos menos el financiero.
El caso de los alimentos es el más obvio. La FAO estima que hará falta un aumento del 70% en la producción de alimentos en las próximas décadas. Esta demanda se da en escenarios donde las posibilidades de aumentar el número de áreas productivas es limitada por escasez de agua y la declinación en tierras cultivables.
En un mundo donde acecha el fantasma del hambre, la Argentina es el primer productor de alimentos medido per cápita. Los avances en la agricultura y la ganadería se sustentan en sectores industriales de alto contenido tecnológico, como la biotecnología. No sorprende entonces que la Argentina sea el país con mayor número de empresas de biotecnología en la región. Hemos patentado plantas resistentes a la sequía, fuimos el primer país en América latina en clonar animales y tenemos la empresa líder en producción de vacuna contra la aftosa.
Esta ventaja no es solamente comercial, sino estratégica. El mundo demanda alimentos porque con una población que crece de manera exponencial la seguridad alimenticia es un factor importante para la paz dentro y entre las naciones.
Sabemos también que la Argentina es rica en recursos naturales y energía. En un mundo donde los recursos naturales se están consumiendo más rápido de lo que se pueden reponer, nuestro país aún no ha explotado sus recursos minerales.
Revistas especializadas estiman que en la próxima década podríamos estar entre los tres primeros productores de plata, los cinco de cobre y los seis de oro. También estaremos entre los primeros productores de litio, boratos y potasio. Ya somos el primer productor mundial de biodiésel y cuarto exportador.
Como en el tema de la agricultura y la agroindustria, los recursos naturales son relevantes más allá de lo comercial. Sin ellos no hay industria, no hay desarrollo científico, no hay innovación y finalmente no hay desarrollo humano.
Menos conocido es el recurso que significa una larga tradición en pos de la no proliferación nuclear. La Argentina fue el primer país en iniciar el desarrollo nuclear con fines pacíficos en América latina. Fue el primero de la región en dominar el proceso de enriquecimiento, o sea que tendría la capacidad de orientarse hacia fines no pacíficos. Sin embargo, esa capacidad hoy está volcada al diseño y la exportación de reactores nucleares y la producción y exportación de radioisótopos.
En el ámbito regional, buscamos un entendimiento con Brasil que se consolidó con la creación de la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (Abacc). Estas circunstancias asignan gran importancia al país. En un mundo donde muchos quieren tecnología nuclear para usos militares, decidimos limitarnos al desarrollo pacífico, y buscamos un entendimiento para que Brasil haga lo mismo. De allí, el reconocimiento de Obama y del Organismo Internacional de Energía Atómica al liderazgo argentino en esta materia. De hecho, el primer viaje como nuevo director general de la OIEA de Yuyika Amano fue a nuestro país; resaltó así nuestro posicionamiento global en la cuestión. Ahora Amano tiene previsto concluir su actual gira latinoamericana en Buenos Aires, y en estos días se espera su llegada al país.
La Argentina también tiene un rol a jugar en el debate en torno al terrorismo. Somos el país con mayor número de judíos y de musulmanes de América latina y ejemplo de convivencia pacífica y fructífera. Ante el atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, fuimos el primer país en emitir un comunicado de condena al acto y de apoyo a los Estados Unidos, firmado por los líderes de las tres religiones de raíz abrahámica. Los conflictos entre las religiones y dentro de ellas nos conciernen por nuestra composición religiosa y porque conocemos el flagelo del terrorismo en carne propia.
Además, nuestra diplomacia ha cumplido un papel destacado en la búsqueda de paz en Medio Oriente: la resolución 242/67 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas fue inspirada en una iniciativa argentina. Esta es la resolución que marca las pautas necesarias para una futura paz: fronteras seguras y reconocidas, devolución de territorios y el problema de los refugiados.
Nuestro potencial medioambiental es poco conocido. El informe del Fondo Mundial de la Naturaleza, "Planeta Vivo 2010", ubica al país entre las diez naciones que concentran el 60% de las riquezas naturales del planeta. Este hecho se resalta más si se tiene en cuenta que en la Argentina, con un territorio de 3,7 millones de km cuadrados, habitan apenas 40 millones de personas. El resultado es que nuestro país tiene una biocapacidad de 7,5 hectáreas per cápita. La India, otro país del ranking, por su gran población, posee un índice de solamente 0,5 hectáreas per cápita. Según el informe, estamos entre los países con mayores capacidades de proveer servicios ambientales, como la captación de dióxido de carbono, la forestación y, como ya vimos, la producción de alimentos.
El país también ha jugado un papel de liderazgo político en la temática ambiental. Fue, por ejemplo, uno de los artífices de la Conferencia de Cambio Climático de Kyoto, el proceso de negociación en cuestiones climáticas que puso el marco desde donde ahora se dan todos los debates.
Cada país despliega sus recursos de acuerdo con la capacidad y ambición de su clase dirigente. Este análisis demuestra que la Argentina puede ser protagonista en casi todos los temas de la agenda global. Es con una política exterior que aproveche esta "importancia base" que se podrá construir relevancia y por ende mayor capacidad negociadora para mejorar el nivel de vida de todos los argentinos. Pero para no desaprovechar estos recursos hace falta una política exterior que haga de nuestro país un protagonista de los grandes debates del momento; es decir, la visión de una nación grande.

Por Iván Petrella
Director académico de la Fundación Pensar
 
Publicado originalmente en diario “La Nación”
Jueves 07 de julio de 2011
 

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